martes, 28 de febrero de 2012

Vistemia de un recuerdo pasado


Vos estabas sentado, como era habitual aquellos días, en el banco del parque Seúl. Oías el cántico de pájaros risueños que, subidos al joven pino que se erguía un poco más a la izquierda, te responderían en unos segundos, con el susurro del silencio. Sin más aliento para la espera, cerraste los ojos. Era el cansancio del olvido, y qué difícil era olvidarla. En la visión del sueño estando aún despierto, no era el negro el que hacía la totalidad del espacio, sino que los párpados, como ventanas entreabiertas, filtraban la cálida luz que ofrecía un mediodía de primavera. Tratabas de no recordar la sonrisa que te devolvía cada mañana al despertar, pero inevitablemente, en la vistemia, consciente, buscaste volverla a ver, para así desnudar, con presteza y lujuria, el alma de ella.

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